miércoles, 8 de junio de 2016

FanFic: Left 4 Dead 2: Noche en La Lagniappe

Todavía recordaban cómo comenzó todo. Él era un bastardo ludópata que, en su adicción incansable de querer apostar y desafiar a la fortuna, se había arruinado y conseguido que lo arrestaran por fraude. Ella era simplemente una asistente de producción en una cadena de TV, preparaba cafés y organizaba los equipos, poco más. Sus destinos se cruzaron cuando estalló la Gripe Verde y ambos lograron escapar y encontrarse.


Buscando alguna referencia, cuatro personas se reunieron en la azotea de un hotel, cuando un helicóptero militar pasó, pero por mucho que gritaron no los escucharon. El grupo tuvo que arreglársela para salir de allí, deshaciéndose de todos los infectados. Se montaron en un ascensor para ir al refugio, y aprovecharon para presentarse:

- Me llamo Ellis. - dijo un chico joven con gorra y mono de trabajo.

- Podéis llamarme Coach. - un hombre maduro, de raza afroamericana y gordinflón dijo ésto y sonrió.

- Yo me llamo Rochelle, ¿y tú? - ella se dirigió al misterioso hombre trajeado.

- Me llamo Nick.

Se fijó en la joven, una mujer afroamericana, con pendientes grandes, pelo recogido, botas y vaqueros ajustados. Le atrajo su apariciencia, tanto así que cuando llegaron al refugio se quedó un rato mirándola mientras descansaban. Se sentía raro, porque normalmente no se fijaba mucho en las mujeres, a pesar de ser heterosexual. Muchas veces, sólo las veía como un elemento de atracción para los jugadores en los casinos. Rochelle se sintió algo curiosa por saber más del hombre del traje blanco. Aunque era atractivo, lo que más le inquietó de él era su aire misterioso y reservado.


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Semanas después, un hombre llamado Virgil los pudo rescatar en su pequeña embarcación, para así llevarlos a una zona segura en Nueva Orleans. Nick y Rochelle habían obtenido una confianza entre ellos muy grande, pues notaban algo especial el uno en el otro.

Él estaba malerido por el ataque de los dos Tanks en la casa de las plantaciones, tenía contusiones en el cuerpo, un arañazo muy grande en el pecho y sangrado por la nariz. Por suerte, Virgil le dio un pequeño camarote para que pudiera descansar, y llamó a Rochelle para que le ayudara a curarse:

- Ro... Me siento como una mierda... Aaahhh....

- Shhhh, calma, Nick, voy a curarte enseguida.

Cogió un botiquín, le secó la sangre de la nariz con algodón, le vendó el arañazo y le trató las contusiones lo mejor que pudo. Lo tumbó en la cama del camarote y se sentó en el borde:


- ¿Mejor? - preguntó ella.

- Sí, de puta madre... Gracias...

- De nada. - ella estaba ruborizada de ver a su compañero sin camisa.

- Espero que esos jodidos Tanks no te hayan hecho daño.

- Tranquilo, estoy bien, no te preocupes. - le sonrió.

- Genial, porque si no hubiera fracasado en mi objetivo.

- ¿Tu objetivo? - preguntó ella.

- El de protegerte.

Ella se sonrojó y le dirigió una sonrisa dulce a su compañero. Nerviosa, se levantó de la cama:

- Tengo... que ir con los demás para planear qué haremos, tú descansa y recupérate.

- De acuerdo, Ro. Después ven, me siento sólo sin ti.


La volvió a ruborizar antes de salir del camarote. Al cerrar ella la puerta, Nick se echó en la cama mirando al techo. En el tiempo que pasaron juntos, sus sentimientos se habían hecho más notorios. Él no paraba de darle vueltas en la cabeza, ''¿Qué debería hacer?'', ''¿Se lo confieso o no?''. Ella aparentaba estar bien, pero en su mente todo era borroso y nublado. No sabía qué hacer. Sentía algo por Nick, pero temía decirle, ¿y si en verdad sólo la quiere como amiga? ¿Son verdaderos sus sentimientos? No podía saberlo.

A la noche, Virgil decidió que Nick durmiera en el camarote, mientras que los demás dormirían en la bodega con unos sacos de dormir. A la medianoche, cuando todos estaban descansando, Nick oyó unos golpecitos en la puerta. Entonces, entró Rochelle, con cuidado de no hacer ruido:

- ¿Estabas durmiendo? - preguntó.

- No... Sólo... Estaba algo adormecido. ¿Qué ocurre?

Ella se le acercó y se sentó en el borde de su cama:

- Verás... Estos días me he sentido muy rara... Quería contártelo porque me siento muy unida a ti, pero no sé cómo explicarlo sin cagarla...

- Entiendo... - se incorporó con cuidado. - ¿Qué sientes?

- No sé como decírtelo... Siento algo cuando...

- ¿Estamos juntos?

Casi se le sale el corazón por la boca, lo miró muy avergonzada, y bajó la mirada. Él tomó la barbilla de ella y le levantó la cabeza para que sus miradas no se despegaran el uno del otro:

- Lo sé porque yo también lo siento, Rochelle.


Las mejillas de ambos se enrojecieron, los ojos de Nick miraron a sus labios, se sentían como en una nube, pero a la vez con el corazón a punto de estallar. Rochelle agarró su camisa azul por el pecho y se juntaron más y más, cerraron los ojos y sus labios se unieron en un apasionado beso muy deseado. Duró unos 5 segundos, entonces se despegaron y se quedaron viendo. Nick sonrió y le dijo a Ro:

- El mejor que he dado hasta la fecha.

Ella sonrió y le abrazó. Se sentían mejor que en toda su vida. Sabían que todo el sufrimiento y el temor había merecido la pena. Se quedaron durmiendo juntos hasta casi el amanecer, donde Nick se desveló, y con cuidado de no despertar a su amada, salió del camarote a tomar aire fresco. En eso se encontró a Virgil mirando el paisaje:

- Buenos días, Virgil. ¿Cómo va todo?

- No muy bien, Nick. Creo que no hay combustible suficiente para llegar a Nueva Orleans.

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